domingo, 6 de septiembre de 2009

La sutileza de la pulsión


Agita la melena y su barba, el hombre. Y el cansancio irreprochable se hace oír. Padece una hombría enfermiza, el hombre. Aunque no solo eso. Si se atreviera. Sería, el hombre, un maricón sableado por la dialéctica y un mito. Sería, el hombre, un silbido que se esfuma en la esquina. Sería, el hombre, una mujer. Si no fuera lo que ya sí es, aquel hombre.

Eleva el fusil al cielo, el hombre. Lo hace conociendo el gesto. Entre una multitud (una multitud que espera paciente sin saber nada de lo que rápidamente está por venir sin adivinar lo que aquella miseria terminará por parir) que lo ama de manera incontinente. Pero no solo. Sería, el hombre, un llanto agudo irrumpiendo, poderoso, en la mesa menos tierna. Sería, el hombre, un aria. Sería, el hombre, un humilde ciego, sin ínfulas de porvenires. Camuflado en retóricas iconoclastas, inconsistentes.

Y es su clara transparencia; eso: un ladrido impotente, solemne (fatalmente solemne) que derrama saliva de a gotas. Y es el verde oliva; aburrido. Y es el fusil. Y su coherencia; eso: una tarde de domingo masticando frases hechas.

Su voz parece un clarinete ensombrecido; habla. Pero no solo eso. Sería, el hombre, charton heston gigante en la pantalla.

Y es que el hombre, ahora, perdió esos ojos que parecían engañar a dios. Ahora toma un mate tras otro. Y fuma un cigarrillo tras otro, el hombre. Y se detiene a pensar lo que no pensó nunca: en sus hijos, en su mujer, en la televisión.

2 comentarios:

  1. El Che, es mito por que el pueblo en eso lo convirtio? o por lo que hizo? o porque Él así lo hizo y lo quiso?. Suele pasar con los mitos, no? QUe no sabemos hasta que punto son construcciones colectivas y hasta que otro punto ellos mismos no se construyeron como tales, quiza un poco y un poco. El che particularmente es llamativo el tono de sus cartas supuestamente familiares, todavia aun cuando era Ernesto y recorria la America profunda. Siendo muy chico ya tenia intenciones de idolo, y probablemnete en Evita haya algo parecido. PILO

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  2. Con respecto al mito, no me parece que haya tanto misterio. Después de todo, el Che, o la figura del Che no es más que una nueva versión sobre el héroe homérico por excelencia, Aquiles. Quiero decir: el Che es mito, en definitiva, porque encarna esa moral gloriosa de la fuerza, del valor que hace al relato épico, a cualquier relato épico. Lo que si me resulta paradójico es cuando se considera “el pensamiento” del Che. Digo, la paradoja es justamente, la contradicción que existe entre el ejercicio del pensamiento – algo ambiguo, siempre esquivo a los grandes énfasis, muchas veces contradictorio - y la acción militar de un obtuso como fue Ernesto Guevara.

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