lunes, 5 de octubre de 2009

lola



Sucede que dios se pone un poco nervioso, cómo quien dice. Sucede que no comprende. Desde lejos se pone a mirar con ojos claros. Y no sabe qué hacer, si reír o llorar. Sucede que se preocupa. Y mucho. Piensa en Eva, la primera mujer. Piensa en Eva y entonces dice que para qué hizo lo que hizo con la costilla, la famosa costilla. Que qué necesidad tenía; después de todo con Adán alcanzaba. Pero sucede que, cada tanto, sucede. Y dios siempre se pone nervioso. Ridículamente, entonces, hace las cosas que hacen los hombres: prende un cigarro y no fuma; sirve whisky en un vaso y no toma; recorre las páginas de un libro y no lee. Piensa. Muchas cosas. Y no logra intuir nada de ese torbellino oxidado, ese mecanismo caprichoso que desbarata aquello que él, tan paciente, planificó en su eternidad. Sucede que siempre sucede. Y un día, como hoy, cualquier día, una mujer quiere venir a este mundo a estropearlo todo. Y lo hace. Sucede entonces que dios se pone un poco nervioso.

1 comentario:

  1. Seguramente Dios se pondria nervioso si la viera... y Nosotros que la creamos , no nos queda otra. El mundo, la naturaleza , por momentos sucumbe ante ella... ese es un problema!!!!

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